La idea básica era diseñar una embarcación de mochila verdaderamente ultraligera y libremente configurable para un uso flexible, de salvaje a suave. Las embarcaciones de mochila son habituales y se conocen desde hace mucho tiempo, incluso las muy ligeras. Algunas también pueden hacer frente a las aguas bravas. Lo que faltaba era una combinación de ambas. El principio del autobailer (también establecido) se prestaba a ello, ya que los autobailers ofrecen muchas ventajas en aguas en movimiento en comparación con las embarcaciones cerradas con cubierta antirociones (ligereza y facilidad, entrada y salida libres y rápidas). Pero, ¿quién quiere un barco con un agujero?

Por tanto, el planteamiento era poder cerrar esta abertura o, a la inversa, poder abrir una embarcación “normal”. Esto era nuevo para un packraft y permite ambas aplicaciones.

Al hacer realidad esta idea, se rediseñó la alfombrilla necesaria para el autodrenaje. Comparada con las alfombrillas convencionales, se asienta muy firmemente en el Revo y se rellena. El resultado es un fondo muy rígido y perfilado, casi como el de un barco de casco duro. Esto es único para un packraft. Además, la cantidad residual de agua se reduce al mínimo cuando se achica. Comparado con los autocebadores convencionales, el Revo es por tanto menos perezoso y más ágil. El diseño del suelo es al menos tan innovador y funcional como el de la sentina.